Alternativas para el Desarrollo
Semilla de soya para siembra
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Aug 30, 2013, 00:00

Aspectos Generales

Las semillas son un elemento indispensable en la producción y desarrollo agrícola. Representan uno de los medios más económicos y eficientes para mejorar el rendimiento en los cultivos.



A diferencia de la producción de los granos, la producción de semillas requiere un gran cuidado y precisión en los procedimientos, así como más capacidades técnicas.
En los países en desarrollo, existen dos tipos de sistemas de semillas:

Formal: Orientado al mercado, el cual se desarrolla mediante la intervención de los sectores público y/o privado. Se basa en la investigación científica, se practican pruebas y controles en laboratorio a las semillas y suelos, lo que posibilita introducir nuevas variedades de mejor adaptabilidad y resistencia a las enfermedades, sequías, entre otros factores. De acuerdo con la FAO, este sistema de producción consiste en las siguientes etapas, en las cuales participan tanto el sector público como privado: selección de la variedad, producción de semillas, condicionamientos de las semillas, empaquetado, almacenamiento, control de calidad, certificación y, finalmente, distribución y comercialización.

Informal: Es un sistema familiar o comunitario, basado en el autoabastecimiento y los intercambios. Se basa en las prácticas ancestrales y experiencia de los productores en la selección de suelos. Una de las ventajas del sistema tradicional es que hay más diversidad de recursos genéticos que en los sistemas orientados al mercado, pues en estos últimos hay una necesidad de uniformidad y pureza varietal que conduce a una base genética restringida.

El sistema tradicional o informal es la principal fuente de suministro de semillas en los países en desarrollo, el cual tiene algunas restricciones como:
• Dificultad de acceder a variedades mejoradas y adaptadas a las condiciones locales
• Ausencia de infraestructura para mejorar la calidad de las semillas
• Ausencia de controles de calidad e infraestructura de almacenamiento y manejo post-cosecha
• Carencia de reconocimiento oficial

Es por ello que es necesario formar y proveer de equipos apropiados a los productores de semillas, además de capacitar a los productores y promover la cooperación entre los sectores público y privado. No obstante que las semillas provengan de variedades mejoradas, puede darse el caso que las condiciones no sean las más favorables para la producción. En este caso, las semillas producidas tradicionalmente son más útiles en la obtención de semillas de mejor calidad.

Estadísticas de Producción y Comercio de Semillas certificadas en México

En México, el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS), órgano desconcentrado de la SAGARPA, es el encargado de normar y vigilar el cumplimiento de las disposiciones legales en materia de semillas y variedades vegetales. Las leyes que norman esta materia son la Ley Federal de Producción, Certificación y Comercio de Semillas, así como la Ley Federal de Variedades Vegetales. Una de las principales funciones del SNICS es verificar y certificar el origen y calidad de las semillas.

El SNICS reporta estadísticas de producción de semillas Calificadas, que se refiere a aquella cuyas características de calidad han sido calificadas por la SAGARPA o algún organismo de certificación acreditado y aprobado para tal efecto, mediante el procedimiento establecido en la ley correspondiente. Las categorías que se desprenden de la calificación de las semillas son:

• Básica (Conserva un muy alto grado de identidad genética y pureza varietal, proviene de una semilla Original o de la misma Básica y es producida y reproducida o multiplicada cumpliendo con las reglas aplicables),
• Registrada (Conserva un alto grado de identidad genética y pureza varietal, proviene de una semilla Original, Básica o Registrada y es producida y reproducida o multiplicada de acuerdo con las reglas aplicables),
• Certificada (Conserva un grado adecuado y satisfactorio de identidad genética y pureza varietal, proviene de una semilla Original, Básica o Registrada y es producida y reproducida o multiplicada de acuerdo con las reglas aplicables)

Habilitada (cuyo proceso de propagación o producción no ha sido verificado o, habiéndolo sido, no cumple totalmente con alguna de las características de calidad genética, física, fisiológica o fitosanitaria).

El SNICS tiene una categoría adicional de semilla, llamada Declarada, que se refiere a aquellas con características de calidad no calificadas ni por la SAGARPA ni por un organismo acreditado, la calidad es informada directamente por el productor o comercializador en la etiqueta.

De acuerdo con las estadísticas de semilla Calificada del SNICS, en México se sembraron en 2012, alrededor de 62,594 hectáreas para la obtención de semilla para dieciocho cultivos. Del total, un 33.8% se destinó a la obtención de semilla de maíz, un 19.5% para trigo, 14.4% para avena, 11.9% para cebada, 7.8% para frijol, 5.3% para papa, 4.7% para soya y 2.6% para otros cultivos.

Preliminarmente, el volumen de semilla obtenido en 2012 fue de 194,447 toneladas, de las cuales un 31.3% correspondió a semilla de trigo, un 17.7% a cebada, 17.5% a papa, un 16.0% a maíz, 11.4% a avena, 2.7% a frijol, 2.0% a soya y el 1.4% restante a otros cultivos.



Producción de semilla de soya para siembra

La FAO estima que alrededor de un 3.1% de la producción de soya en nuestro país es utilizada para semilla, lo que en 2011 representaría alrededor de 6,670 toneladas.

Por su parte, de acuerdo con el SNICS, en 2011 la superficie sembrada y el volumen de producción de semilla calificada de soya alcanzaron en nuestro país las 3,170 hectáreas y 4,839.5 toneladas, respectivamente.

México cuenta con tecnología para producir semillas certificadas, sin embargo, hoy se tiene una pérdida de la capacidad para generar semillas nacionales de calidad. Son pocos los agricultores mexicanos que invierten en la producción de semillas de esta clase, pues el mercado es ocupado por grandes empresas transnacionales y privadas. INIFAP tiene un importante rol como validador y desarrollador de semillas, aunque los esfuerzos de investigación y transferencia de tecnología son limitados a causa de la baja participación del cultivo en el país.



En México han existido diversas campañas que han tenido la finalidad de incrementar la productividad de la soya, por lo que el INIFAP ha desarrollado variedades de semilla certificada que se adaptan a condiciones de diversas zonas productoras, como ejemplo tenemos las siguientes variedades:
Huasteca-100: para el cultivo bajo temporal en la Península de Yucatán. Tolerante a las principales enfermedades tales como ojo de rana y antracnosis. Rendimientos de 2.5 a 3.0 ton/ha.

Huasteca-200: de alto rendimiento (2.5 ton/ha). Buen comportamiento en suelos vertisoles y fluvisoles del Oriente de San Luis Potosí y Norte de Veracruz.

Huasteca-300: Tiene un potencial de rendimiento de 2.5 ton/ha. Es tolerante a las enfermedades de la soya presentes en el trópico mexicano. Tiene 19.3% de aceite y 35.2% de proteína Esta variedad tiene adaptación al trópico mexicano desde la región sur de Tamaulipas, hasta la Costa de Chiapas.

Huasteca-400: La semilla tiene 20.8% de aceite y 36.5% de proteína; potencial de rendimiento de 2,625 kg/ha. Es tolerante a la deficiencia de humedad y a plagas, en especial a la mosca blanca en invierno. Apropiada para sembrarse en el Sur de Tamaulipas, oriente de San Luis Potosí y Costa de Chiapas, en los ciclos P-V y O-I en condiciones de temporal y riego, respectivamente.

Guayparime-S10: Con el objetivo de reactivar el cultivo de soya en el noroeste del país y mejorar sus procesos de cultivo, se desarrolló esta variedad de soya con características de resistencia a la mosca blanca y geminivirus. En Sinaloa se cuenta con variedades resistentes al daño directo de mosca blanca como Héctor, Suaqui 86 y Cajeme; sin embargo, éstas son susceptibles a geminivirus. (Presentada oct/2012).

Tamesí: El INIFAP logró desarrollar esta variedad, que tiene un rendimiento de 2.6 ton/ha, que es hasta 17% mayor al de otras variedades y podrá ser cultivada en regiones del trópico húmedo de México, debido a su tolerancia a enfermedades. (Presentada ene/2013).

Las ventajas de las semillas certificadas

La certificación es un proceso de verificación e inspección de las semillas para siembra, desde su origen, iniciando con el proceso de producción en campo, beneficio y acondicionamiento, hasta su almacenamiento y comercialización. Todo ello siguiendo estrictas normas de calidad.

En México, el SNICS es el organismo encargado de registrar, verificar y certificar el cumplimiento de las disposiciones legales en materia de semillas y variedades vegetales. Su función consiste en inspeccionar todo el proceso de producción de semillas certificadas hasta su comercialización. Sólo las semillas que cubren los requisitos de alta calidad genética, fisiológica, física y fitosanitaria son certificadas por este organismo.

El uso de semillas certificadas presenta múltiples ventajas, tanto en el ámbito productivo como fitosanitario, como lo es la obtención de un mayor rendimiento, por lo que resultan atractivas para los productores, aún cuando su precio es mayor que el de las semillas tradicionales o criollas.



Los costos de producción de la semilla certificada son altos, sin embargo, resulta redituable. Los productores que realizan proyectos para su obtención necesitan una inversión alta, además de considerar los gastos iniciales como lo es el registro de las hectáreas ante el SNICS. La elevada inversión y la falta de financiamiento han contribuido al deterioro de esta actividad en el país.

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