 Editoriales
Aunque todos los pronósticos climatológicos fueran exactos, existen imponderables difíciles de predecir y que pueden arruinar las cosechas. Para estas contingencias, el seguro agrícola permite administrar el riesgo; sin embargo todavía, todavía no todos los agricultores aprovechan estas ventajas y beneficios. Por ejemplo, el buen temporal de lluvias de 2010 ha tenido un buen impacto en el establecimiento de los cultivos de oleaginosas que se sembraron en las fechas recomendadas por el INIFAP, y sin duda alguna, con un manejo adecuado, se obtendrán buenos rendimientos. No obstante, en el caso de las oleaginosas, hubo regiones cultivadas con soya, en las que el exceso de lluvia ocasionó inundaciones en los predios, dañando las plántulas en germinación, o bien, la abundante lluvia no permitió el uso de maquinaria, lo que fue causa de retrasos para la siembra y pérdidas cuantiosas para los agricultores no asegurados. Esta situación nos lleva a reflexionar sobre la importancia que tiene para el agricultor adquirir el seguro de producción agrícola, porque fundamentalmente le permite administrar el riesgo por alguna contingencia, como son las inundaciones. Pero, todos sabemos que viento, sequía, granizo, heladas, plagas y enfermedades son riesgos naturales inherentes a la agricultura que dañan los cultivos y representan pérdidas económicas muy cuantiosas. El seguro agrícola ha demostrado ser un recurso de protección para el agricultor y por ello, ha ganado terreno; en especial, con respecto a la superficie que se asegura. En este caso, la SAGARPA tiene una participación muy importante con la operación del Programa de Atención a Contingencias Climatológicas (PACC) que es un instrumento que se activa cuando la Comisión Nacional del Agua declara ‘zona de desastre’ como resultado de los daños en la agricultura ocasionados por algún fenómeno climatológico. La principal fortaleza del PACC consiste en que, además de que se activa como subsidio directo ante alguna contingencia o efecto climático, también promueve la contratación de un seguro agrícola mediante el apoyo para el pago de la prima. Las ventajas de contar con un seguro agrícola no sólo benefician a los agricultores, ya que éstos obtienen protección personal, sino también al país porque genera ahorro interno y proporciona mayor estabilidad al sector. Las oleaginosas, como cualquier otra actividad agrícola, no están exentas de la afectación debido a problemas climatológicos adversos, por lo que es necesario que en los planes de siembra de estos cultivos se incluyan esquemas de seguro agrícola para aprovechar las ventajas que ofrecen tanto SAGARPA como el sector privado. De esta forma, se aseguran las inversiones de los productores de oleaginosas afectadas, se aminoran las pérdidas económicas, se protege el patrimonio de los agricultores y, en última instancia, se asegura también la continuidad y la sustentabilidad agrícola. |