Editoriales
De seguridad a seguridad
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Dec 15, 2008, 12:00

En los últimos meses y días se ha hablado con insistencia y preocupación de seguridad. Un tema que nos da la idea de vivir en un mundo oscuro, lleno de miedo, peligro y carencias, lo cual no está muy lejos de la realidad. Todos los días leemos noticias de casos concretos que nos conmueven y nos alientan a colaborar con el trabajo que realizan muchas instituciones para garantizar la seguridad de la vida y la seguridad alimentaria.

 

 “La delincuencia amenaza seriamente la tranquilidad y viabilidad económica de la industria”, denunció recientemente el Presidente de CONCAMÍN, Ismael Plascencia y, ante el Presidente de la República Felipe Calderón propuso “hacer cambios profundos para poder avanzar”. Nos preguntamos ahora:  El Sistema Producto Oleaginosas ¿Qué cambios puede hacer? ¿Qué lazos puede establecer con la industria alimenticia?

 

Es un hecho que el precio de los alimentos se ha incrementado a niveles insospechados, situación que golpea con dureza a los países que, como México, dependen de la importación de esos insumos. He aquí un importante lazo entre industria (agroindustria) y alimentación (agricultura), una señal que indica que es necesario volver al campo y apoyar al 24% de la población mexicana que, de acuerdo con el INEGI se dedica a toda clase de actividades agropecuarias. 

 

México continúa importando casi el 90% de los requerimientos de oleaginosas, principal fuente de energía y materia prima indispensable para la elaboración de aceites vegetales y pastas proteínicas. Por ello, el Secretario de la SAGARPA Ing. Alberto Cárdenas Jiménez ha girado instrucciones tendientes a reforzar el cultivo de soya, cártamo, canola, girasol y palma de aceite. Buena idea. ¿Por qué no incrementar el 10% del PIB que genera la agricultura? ¿Por qué no elevar el nivel económico del agricultor? ¿Por qué no incrementar la eficiencia de la agroindustria de aceites, grasas y proteínas vegetales? 

 

Es evidente que cada país es distinto, pero la experiencia nos sirve de referencia. La estrategia en Colombia y en Perú contra la siembra de estupefacientes y el crimen organizado ha sido precisamente regresar al campo con programas de reconversión agrícola decisivos; entre ellos, el cultivo de palma de aceite en Colombia y el cultivo de canola en Perú. ¿Los resultados? Todos los conocemos: ambos países sudamericanos han dejado ser la región del delito, el secuestro y el narcotráfico y, en pocos años, han logrado disminuir los niveles de inseguridad social y han elevado la seguridad alimenticia. Por eso, y muchas razones más, hoy más que nunca en México el Sistema Producto Oleaginosas tiene que luchar con determinación para contribuir a la seguridad y la seguridad; es decir, por la vida y la alimentación de los mexicanos.



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