El cambio climático, la pandemia de Covid-19, problemas geopolíticos como el de Europa del Este, el crecimiento de la pobreza y del hambre, son apenas algunos ejemplos que inciden en el alza de los precios de los granos y oleaginosas, habiendo llegado a precios insospechados.
Contar con dichos granos es esencial, pero más lo es obtenerlos de manera sustentable, es decir, que se garantice su producción presente y futura minimizando su impacto a los ecosistemas. Cuidarlo es tarea difícil, más en el contexto de un crecimiento poblacional acelerado, que demanda de más alimentos y exige la gestión adecuada de los recursos naturales disponibles. Reivindicar el rol fundamental del campo y de quienes lo trabajan, es fundamental. Sin los campesinos nada existe y hará inviable obtener alimentos de calidad para la sociedad actual y futura.
La agricultura es responsable del 24% de los gases de efecto invernadero que favorecen el cambio climático y de alrededor del 70% de las extracciones de agua de los ríos, lagos y acuíferos; y sabemos que es imposible volver el tiempo atrás, el impacto que como humanos hicimos al ambiente no tiene reversa. Sin embargo, si ahora tomamos el asunto en nuestras manos, el futuro puede ser mejor.
Desde nuestra posición como Comité Nacional Sistema Producto Oleaginosas, también nos queda levantar la voz, hablar de nuestros casos de éxito, de lo que sí ha funcionado e invitar a que más actores se sumen y desarrollen acciones y estrategias que ayuden a mejorar nuestra calidad de vida a través de prácticas sustentables como por ejemplo lo que se viene realizando en la región Huasteca (Sur de Tamaulipas, Norte de Veracruz y Oriente de San Luis Potosí) donde las prácticas de la labranza de conservación fomentan la sustentabilidad y rentabilidad de la agricultura a largo plazo a través de la remoción mínima del suelo, rotación de cultivos y retención de residuos de cosecha. Porque, definitivamente, los retos en el sector alimentario son tan grandes que sólo podemos enfrentarlos trabajando en equipo con el mismo objetivo: acabar con la inseguridad alimentaria en México y el mundo.