Al sector agropecuario no los considera el gobierno entre sus prioridades, en la actualidad presenta rezagos que alejan al país de recuperar autosuficiencia y soberanía alimentaria.
En este ciclo agrícola 2020, la superficie de siembra de oleaginosas se ha reducido hasta en un 60%. Las principales zonas productoras han visto mermada el área destinada a estos cultivos.
Esta reducción se debe a factores climáticos, principalmente la sequía que se tuvo en los primeros días de la fecha de siembra, pero también a las políticas agrícolas actuales, que no están apoyando a los productores de oleaginosas.
Hoy no se cuenta con apoyos de coberturas para la comercialización y no existe certeza de un pago por las cosechas de los productores. Tampoco con apoyo a la prima del seguro agrícola y las siembras están a expensas de fenómenos climáticos (inundaciones, granizadas o heladas), además de que, al no tener un seguro, se dificulta la obtención de algún financiamiento. La FND y el FIRA no están otorgando financiamiento a los cultivos de oleaginosas. El campo se encuentra descapitalizado.
No hay recursos tampoco para la investigación agrícola que venía desarrollando el Campo Experimental de Las Huastecas del INIFAP y están en riesgo los 10 materiales que están en experimento en sus últimas fases, con los que pudiera obtenerse un rendimiento de hasta 5 toneladas por hectárea, con el que se resolverían muchos problemas de la obtención de ingresos con la actividad agrícola.
Por último, nuestra organización ya no está recibiendo este año recursos para su operación, a pesar de que el funcionamiento de los Sistemas Producto está mandatado en la Ley de Desarrollo Rural Sustentable.
Es por esto que se tienen que redoblar esfuerzos para impulsar la producción nacional de granos a mediano y largo plazo, otorgándoles a los productores (Que para el caso de productores de oleaginosas la gran mayoría son pequeños y medianos) mejores esquemas de producción y comercialización, así como un presupuesto a las Instituciones de investigación para seguir trabajando en dichas variedades y se puedan actualizar los paquetes tecnológicos para hacerlos más eficaces y rentables. La sostenibilidad del campo mexicano es algo fundamental y sostener su producción para alimentar a todos los mexicanos debe ser un objetivo primordial para esta administración.