Casi 2 millones más de hectáreas de cultivos biotecnológicos fueron sembradas en 2018, según el reporte del Servicio Internacional de Adquisición de Aplicaciones de Agrobiotecnología (ISAAA, por sus siglas en inglés).
Cada año aumenta el área sembrada con semillas genéticamente modificadas en el mundo, al cierre de 2018 se reportaron 191,8 millones de hectáreas que equivalen al área geográfica de México.
Los cultivos transgénicos que hoy concentran la producción son cuatro: soya (50%), maíz (30,7%), algodón (13%) y canola (10,1%). Todos productos con una alta demanda de las grandes economías como China, que en 2018 se convirtió en el primer comprador mundial de soya.
Las razones para que los reyes de los cultivos biotecnológicos sean la soya y el maíz, es que se utilizan como materia prima para la preparación de múltiples productos, especialmente para alimento concentrado para animales; en la medida en que aumenta el consumo de proteína animal, aumentará la demanda de estos dos cereales. Escenario de oportunidad para los principales exportadores del mundo, que son Estados Unidos, Argentina y Brasil. Este último logró vender el 90% de las exportaciones de soya a la China el año pasado.
Aunque la adopción de la biotecnología la lideran Estados Unidos, Brasil, Argentina, Canadá e India, en donde se concentra el 91% de la producción, en total 26 países le han abierto las puertas a la agro-biotecnología permitiendo su siembra. De acuerdo al reporte de ISAAA la comercialización de las cosechas transgénicas se permite en 70 países. “Si bien la biotecnología agrícola no es la única clave para mejorar la seguridad alimentaria mundial, es una herramienta científica importante en el conjunto de herramientas multidisciplinarias“, afirmó el Paul S. Teng, Presidente de la Junta de ISAAA.
La biotecnología se suma a las múltiples herramientas tecnológicas con las que hoy en día cuentan los agricultores para mejorar sus rendimientos, reducir pérdidas y avanzar hacia una agricultura más sostenible. En América Latina la adopción de la biotecnología avanza positivamente, afirma José Perdomo, Presidente de CropLife Latin America. Aunque Argentina y Brasil son las potencias agroexportadoras, otros países han avanzado en marcos legales que permiten la siembra y comercialización de semillas genéticamente modificadas, como Paraguay, Bolivia, Colombia y Honduras, agregó Perdomo.