El presente siglo se vislumbra muy problemático si no se toman medidas precautorias. Actualmente somos 7,300 millones de personas, esta cifra ascenderá en 2030 a 8,500 millones y para el 2050 seremos aproximadamente 9,000 millones, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, (FAO, por su sigla en inglés) ha emitido la alerta del requerimiento calórico de la población para ese año y esta superará la capacidad de producción de alimentos a la que tenemos actualmente.
De acuerdo con el “Diagnóstico de la Degradación de Suelos e Impacto de los Programas de Conservación de Suelos en México”, en México los suelos agrícolas presentan importante deterioro, ya que, de los cerca de 22 millones de hectáreas, 64% está contaminado químicamente, producto del uso excesivo de fertilizantes y químicos como insecticidas, herbicidas y fungicidas, que además de impactar en nuestro medio ambiente, también afectan nuestra salud.
Frente a este escenario, el reto que enfrentan los productores de alimentos es amenazador considerando la disponibilidad del agua y el cambio climático. Los agricultores cada año necesitan más insumos para producir, pero obteniendo el mismo nivel que el año anterior y a veces eso no es suficiente para tener rendimientos que generen ganancias.
En este contexto es imperante un cambio por parte de todos los miembros del sector productivo de alimentos. Consideramos que los productores son el eslabón más vulnerable en esta cadena productiva de semillas y es un hecho que el mercado, precio de insumos, cambio climático y disponibilidad del agua son los principales factores que establecen el rendimiento en los cultivos, pero que están fuera de la esfera de control de los mismos.
Es por ello que el Comité Nacional Sistema Producto Oleaginosas sostiene que los retos globales y regionales en cuanto a la sobrepoblación, deterioro de suelos y cambio climático requieren soluciones innovadoras para la actividad agrícola, que privilegien la sustentabilidad, impulsen un crecimiento que preserve los recursos disponibles y estén al alcance de todos los productores para así posicionar al país como una economía competitiva a nivel mundial.