Al hacer la toma de muestras para análisis de suelos se dividirá la superficie del terreno objeto del muestreo en parcelas uniformes en función del color, situación, profundidad, desarrollo de la vegetación, etc.
Cada una de estas parcelas debe muestrearse separadamente, teniendo siempre en cuenta que la superficie a la que representa pueda ser fertilizada separadamente.
Cada muestra compuesta se formará mezclando submuestras, unas 10 ó 12 como mínimo, sacadas de diferentes partes de la parcela, siendo lo más representativas posibles de la misma.
Deben tener un peso aproximado de entre 100 y 200 g. Las submuestras se mezclarán de manera homogénea, hasta completar un peso de unos 500 g.
Para la toma de muestras se utilizará una pala limpia, un tubo de muestreo, una barrena o una sonda.
Cuándo se debe de hacer la toma de muestras para análisis de suelos
La toma de muestras debe realizarse después de la recolección y siempre antes de efectuar un abonado o enmienda, eliminando los restos vegetales de la parte superior del suelo. En el caso del nitrógeno es conveniente hacer dos ó más determinaciones para el mismo cultivo: una antes de la siembra y otra durante las primeras fases de desarrollo del cultivo para planificar el abonado de cobertera.
A qué profundidad se debe hacer la toma de muestras para análisis de suelos
La profundidad de la muestra depende del cultivo a fertilizar:
• Praderas y cultivos de no laboreo: La profundidad de la muestra debe ser hasta los 15 cm.
• Cultivos herbáceos: La profundidad del muestreo debe coincidir con la capa labrada, 25-30 cm.
• Cultivos leñosos: En la mayor parte de los casos, es suficiente con tomar una muestra desde la superficie hasta los 40 cm. En el caso de nuevas plantaciones o si el cultivo se asienta en terrenos calizos se tomaran dos muestras a distintas profundidades: una hasta 30 cm (suelo) y otra de 30- 60 cm (subsuelo).
Evaluación del nitrógeno: Para la evaluación del nitrógeno en forma de nitrato la profundidad de la muestra debe de ser próxima a los 50 cm. En los climas áridos cabe reducir la profundidad de muestreo, mientras que en las zonas húmedas será mayor, dada la mayor lixiviación de los nitratos. Para estas muestras se aconseja un secado rápido para interrumpir de forma inmediata la acción bacteriana que afectaría al resultado de los análisis.