La asistencia técnica es un factor que incide de forma positiva en el incremento de la productividad y la rentabilidad de las explotaciones agropecuarias con potencial de crecimiento y de inclusión en mercados. Por esta razón, gobiernos como el de México, cuyos sectores primarios se conforman por productores pequeños y medianos, la promueven y la apoyan en el marco de sus políticas de fomento del desarrollo rural.
Según datos de la Sagarpa, 22% de las unidades económicas rurales del país son netamente de subsistencia, es decir, consumen su producción y no tienen excedentes para comercializar; mientras tanto, 68% están vinculadas con el mercado en condiciones de subsistencia, de transición o de rentabilidad frágil.
En consecuencia, 90% de las unidades económicas rurales son objetivo de la política nacional de capacitación emanada de la Ley de Desarrollo Rural Sustentable que encabeza la Sagarpa para mejorar el desempeño de las actividades productivas y económicas que conlleven al incremento de su ingreso y de su bienestar. Esta política considera acciones en materia de capacitación, de investigación, de asistencia técnica y de transferencia de tecnología, a las cuales contribuye la banca de desarrollo como una estrategia para facilitar el acceso de la población rural al crédito y a los servicios financieros.
La asistencia técnica se refiere a la actividad de transferencia de información e innovaciones a los productores para incrementar sus conocimientos en una amplia gama de aspectos, mismos que van desde el diagnóstico y la planeación de la producción hasta su comercialización. Por ejemplo, aspectos organizativos, de manejo y de producción; de desarrollo y de administración empresarial; de agregación de valor y de calidad, de logística, entre otros, que les permiten desempeñar sus actividades de forma competitiva.
De acuerdo con el documento “El estado mundial de la agricultura y la alimentación 2014”, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, existen diversos estudios que prueban la efectividad de la asistencia técnica, pero no hay una manera universal de llevarla a cabo para que tenga resultados favorables, porque esto depende de las condiciones particulares de la población rural y del contexto en que se ubique.
En el caso de México, el gobierno federal ha impulsado la generación de estructuras con participación gubernamental, privada y social en los niveles nacional, estatal, distrital y municipal para ejecutar la política de capacitación, donde se incluye el otorgamiento de servicios de asistencia técnica. Lo anterior promueve la coordinación y concertación de esfuerzos y acciones entre actores con responsabilidades y objetivos compartidos, lo que hace que éstos sean más alcanzables y satisfagan necesidades reales.