La agricultura es una actividad caracterizada por una alta variabilidad en el volumen de producción, lo cual se debe, en parte, a la ocurrencia de eventos climáticos o sanitarios que provocan que los agricultores no puedan determinar con certeza el monto de la producción a obtener.
En este sentido, los apoyos al aseguramiento del sector agrícola es un tema prioritario en países como México, los cuales buscan alcanzar mayor penetración de productos para administración de riesgos de la población más vulnerable.
A nivel internacional, se utilizan diferentes tipos de apoyos al aseguramiento en el sector agropecuario, mediante subsidios: al costo de la prima, a los costos administrativos y a la capacitación, así como reaseguro con recursos del sector público. De acuerdo al autor Oliver Mahul, en el estudio "Improving the Efficiency of Agricultural Insurance Markets: Policy Experience” los subsidios gubernamentales a la prima de seguro son el principal instrumento de política en 63% de un total de 65 países encuestados; no obstante, son utilizados en sólo 40% de los países de bajos ingresos.
Con una larga experiencia en programas de apoyo al aseguramiento, México cuenta hoy en día con el Sistema Nacional de Aseguramiento al Medio Rural (SNAMR) que es una estructura de participación que incluye tanto a instituciones públicas como privadas, las cuales participan en el mercado de seguros agrícolas como agentes económicos, entidades reguladoras, organismos gremiales o instituciones de apoyo. Valga resaltar que este tipo de modelos de participación mixta es utilizado con éxito en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y es un modelo a seguir por los países en desarrollo.
Las instituciones públicas que integran el SNAMR son la SAGARPA, FIRA, Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero, Agroasemex, la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas. Dentro del sector privado se encuentran bancos comerciales, 14 compañías de seguros privadas (siendo las más activas Proagro, General de Seguros y Mapfre), la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros, los organismos integradores, 455 fondos de aseguramiento y una sociedad mutualista.
Los programas de apoyo para impulsar el acceso al seguro a través del SNAMR son el programa de Subsidio a la Prima de Seguro Agropecuario (SIPSA) de la SHCP, el Componente de Atención a Desastres Naturales (CADENA) de la SAGARPA y el programa de Seguros para Contingencias Climatológicas (SCC) también de la SHCP.
El SIPSA otorga subsidios de entre 20 y 60% del valor de la prima, priorizando las áreas de menor desarrollo mediante recursos de la SHCP que son canalizados a través de Agroasemex o de las aseguradoras comerciales con el objetivo de reducir el costo del seguro. Actualmente, se protegen en promedio 2.1 millones de hectáreas al año bajo este servicio, son contratados directamente por el productor y generalmente se asocian al trámite Por otra parte, tanto el CADENA como el SCC son programas orientados a masificar el uso de seguros para productores de bajos ingresos que no cuentan con acceso al mercado de seguros formales y que se ven afectados por desastres naturales.
De acuerdo con el libro La gestión de riesgos climáticos catastróficos para el sector agropecuario, publicado por la SAGARPA y la FAO, el CADENA es un programa que opera desde hace 10 años y es administrado y supervisado por la SAGARPA como cabeza ejecutora del sector agropecuario. El CADENA es un componente del Programa Integral de Desarrollo Rural de la SAGARPA que requiere de la coparticipación de recursos del gobierno federal y los gobiernos estatales que contratan el seguro. Dicho programa busca atender a productores de bajos ingresos que no cuenten con algún tipo de aseguramiento de origen público o privado y que se vean afectados por fenómenos naturales relevantes para su actividad.
Operativamente, el CADENA utiliza como instrumento al Seguro Agropecuario Catastrófico que utiliza indices paramétricos en proporción a índices climáticos y a índices de producción consensuados por Agroasemex y las aseguradoras privadas. El CADENA considera también una forma de pagos directos para aquellas áreas que no hayan sido inscritas o que tuvieran daños superiores a los contratados.
La gestión del apoyo debe ser realizada por las entidades federativas de manera masiva inscribiendo las superficies que comprenden los municipios o localidades susceptibles de apoyo. Aunque el productores el beneficiario de los apoyos no tiene participación directa en el proceso y el seguro no es individualizado.
En el 2013 la SHCP creó el SCC que permite al gobierno federal pagar la prima de contratación de seguros catastróficos de manera complementaria a las contratadas por los gobiernos estatales, lo que le permite cubrirse ante la ocurrencia de contingencias que no hayan sido cubiertas en primera instancia con seguros contratados por las entidades federativas.
La forma de contratación de los recursos del CADENA puede ser directamente con las empresas aseguradoras privadas o puede adherirse al portafolio de aseguramiento que contrata directamente la SAGARPA. La entidad federativa se responsabiliza de elaborar una adecuada estructuración técnica de las actividades, áreas y productos a proteger, y de cotizar la mejor propuesta económica con la aseguradora. En caso de contingencia, el pago de la prima del seguro varía según el grado Marco Antonio Cabello Villarreal, FIRA de marginación del municipio de los que la Federación asume 90% para municipios de alta marginación y 80% para los de mediano grado de marginación.
Con la evolución del componente se ha logrado mayor cobertura y mayor participación federal, de hecho en las Reglas de Operación del 2014 se considera el apoyo federal de 80% de aportación por parte del gobierno federal y 20% del estado en comparación con 75 y 25% del 2013. Se aprecia también la ampliación de la población objetivo al considerar como beneficiarios a productores de máximo 20 hectáreas en lugar de las 10 hectáreas anteriormente consideradas.
Si bien el CADENA es considerado el motor de gestión de riesgos en el sector agropecuario, a partir del 2013 se le atribuyen objetivos aun más ambiciosos, como son apoyar la reconversión productiva en regiones con siniestralidad recurrente, mejorar la situación de seguridad alimentaria del país y contribuir a facilitar el acceso a los servicios financieros, particularmente de los pequeños productores.
