Los clústeres son un formato muy eficiente para desarrollar el sector agropecuario en un territorio específico así como parte fundamental de una estrategia para aumentar la competitividad en los mercados internacionales, señaló Eva Gálvez–Nogales, especialista de la División de Infraestructuras Rurales y Agroindustrias de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
De acuerdo con la especialista, para la integración de un clúster es fundamental que haya una concentración geográfica que trabajen en conjunto para impulsar la competitividad de un producto en una localidad determinada. Sin embargo, precisó que en cada país, autoridades y productores deben analizar cuáles son las actividades agropecuarias con posibilidades de despegar para incentivar la participación de nuevos empresarios que colaboren con quienes ya trabajan en un determinado territorio.
En entrevista durante su participación en el Foro Global Agroalimentario 2013 organizado por el Consejo Nacional Agropecuario (CNA), en Octubre pasado la especialista de
la FAO precisó que si bien no puede considerarse a ciertos clústeres más exitosos que otros ya que “es una actividad muy dinámica, donde incluso clústeres exitosos son abandonados, enfrentan problemas de mercado y se deshacen o bien evolucionan”, el desarrollo de éstos debe enfocarse
en aquellos productos con mayor valor en los mercados de exportación, que tienen mercados complejos y que, por lo
tanto, pagan mejor a los productores.
En el caso de México, destacó los avances en clústeres como el de piña, en Veracruz; de aguacate, en Michoacán, y de limón, en Colima, y consideró que la existencia de herramientas como la agricultura por contrato pueden contribuir a que actualmente México avance más rápidamente que hace diez años en el establecimiento de agroindustrias bajo este esquema.
Por otra parte, Eva Gálvez–Nogales mencionó que los clústeres también contribuyen a disminuir el desperdicio de alimentos, ya que además de orientarse en incrementar la producción, estos modelos agroalimentarios requieren inversiones en cadena de frío —especialmente en productos frescos— como parte de un mejoramiento de la logística orientado a reducir las pérdidas. “No sólo se trata de producir más sino de hacerlo de manera más inteligente, usando tecnologías apropiadas al esquema del clúster e invirtiendo en el campo.
Hay una lucha entre mayoristas, comerciantes,exportadores y productores; estos últimos, muchas veces no están preparados para el cambio, por lo que requieren de asistencia y de transferencia tecnológica, que les permitan tener una producción sistemática y más organizada.” La especialista de la FAO, consideró que el gobierno “no debe tomar el papel de los empresarios, porque esto no es sostenible. El papel del sector público — dijo— es impulsar y facilitar el desarrollo de los negocios agrícolas”.
El desarrollo de los clústeres debe enfocarse en aquellos productos con mayor valor en los mercados de exportación, que tienen mercados complejos y que, por lo tanto, pagan mejor a los productores.
De acuerdo con Gálvez–Nogales, la creciente importancia de los clústeres agroalimentarios, principalmente en países de ingresos medios y bajos, se debe a factores como metatendencias (globales del sector); flujos de inversión extranjera directa en agronegocios y agroindustrias; procesos de descentralización; desarrollo de megaproyectos territoriales (agrocorredores) en los que los clústeres son pieza clave; así como una mayor colaboración público–privada.