Última actualización: Feb 11th, 2022 - 09:25:19 |
En el 2011, la población mundial llegó a 7,000 millones de habitantes y para el 2050, se estima que sea de 9,000 millones. De acuerdo con diversos estudios, esto exige aumentar la producción agrícola 70% en ese mismo periodo.
Lo anterior, nos remite a la búsqueda del refuerzo de los procesos de investigación y desarrollo de nuevas tecnologías que permitan a los agricultores del mundo aumentar la producción de los cultivos en menos tierra y de una manera más sostenible. Así, se estaría asegurando las necesidades de alimento de la población.
La biotecnología es el empleo de organismos vivos para la obtención de un bien o servicio útil para el hombre. Su historia se remonta a la fabricación del vino, el pan y el queso (biotecnología tradicional), que se basa en la capacidad fermentativa de ciertos microorganismos.
Según las últimas cifras de CropLife International, la biotecnología vegetal ha sido adoptada por los agricultores en todo el mundo a un ritmo nunca antes visto por cualquier otro avance en la historia de la agricultura. En el 2011, los cultivos biotecnológicos fueron sembrados por 16.7 millones de agricultores en 160 millones de hectáreas en 29 países. La razón de estas impresionantes tasas de adopción es simple. La biotecnología vegetal ofrece beneficios significativos y tangibles en todo el camino desde la granja hasta la mesa.
La biotecnología vegetal ha permitido mejorar las técnicas y la producción de cultivos en todo el mundo por el aumento de la resistencia de las plantas a enfermedades y plagas, la reducción de las aplicaciones de pesticidas y, mantener y mejorar los rendimientos de los cultivos.
Los productos fitosanitarios también han contribuido, significativamente, al aumento de la producción mundial de alimentos y han mantenido las cosechas en climas adversos.
Por ejemplo, las presiones de los insectos tienen el potencial para destruir 50% de la cosecha de trigo del mundo, gracias a las prácticas de protección de cultivos se evita la mitad de estas pérdidas.
Sin el uso de fungicidas, se estima que los rendimientos de la mayoría de las frutas y verduras se reducirían entre 50 y 95 por ciento.
La industria de la ciencia de los cultivos enfrenta el reto de desarrollar nuevas tecnologías que permitan duplicar la producción actual de alimentos y así evitar una crisis alimentaria.
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