| Última actualización: Feb 11th, 2022 - 09:25:19 |
Todas las acciones de mitigación y adaptación de la agricultura a los efectos del cambio climático deben ser asumidas por todos los miembros de una comunidad y no dejar el problema en manos de las autoridades gubernamentales. En el caso de la cadena de oleaginosas, productores, industriales, científicos y consumidores debemos actuar y contribuir en pequeña o gran medida a reducir la emisión de gases invernadero.
En principio, es necesario tener presente que México se encuentra ubicado en una zona especialmente expuesta a los impactos del cambio climático, que la agricultura contribuye en forma importante a la emisión de gases invernadero y, que a su vez, los cultivos son muy sensibles a las variaciones del clima y a otros fenómenos meteorológicos; por ejemplo, al régimen de lluvias, tal como sucedió con la prolongada sequía que en 2009 afectó a varios cultivos en casi todo el país.
Las actividades agrícolas producen alrededor del 6.4% del total de bióxido de carbono, metano y óxido nitroso, ya que, por su naturaleza, la emisión de estos gases a la atmósfera son respuesta a varios procesos; entre los que sobresale, el crecimiento mismo de las plantas, la aplicación de fertilizantes y agroquímicos, al uso de maquinaria, transporte y almacenamiento de granos; a la quema de rastrojo y a la erosión de los suelos.
Ante este panorama, es necesario reflexionar acerca del papel que juegan los cultivos de bajo requerimiento de agua -canola, cártamo y girasol- en la emisión de gases invernadero y emprender acciones de mitigación. En primer lugar, cada agricultor sabe que una sola gota de agua es un valioso recurso que hay que cuidar al máximo, pero a la vez deberá disminuir el consumo de energía eléctrica para bombeo de agua y la aplicación de agroquímicos en exceso. Además, todas las acciones que emprenda serán más efectivas si atiende los lineamientos de asesores agrícolas en riego, y cuando consulte sistemáticamente los sistemas computarizados de monitoreo climático. Entonces será posible que el agricultor de oleaginosas prevenga posibles daños y aproveche al máximo la lluvia, o pueda disminuir los efectos de sequía, granizo, viento, helada, inundación o cualquier otro tipo de fenómeno meteorológico.
Toda cadena productiva interesada en el cuidado del medio ambiente debe hacer lo que esté a su alcance para que se incremente la tecnificación del riego agrícola, el diseño y construcción de infraestructura para capturar y almacenar agua de lluvia; todo ello en paralelo con otras importantes acciones vitales como la reforestación, además de investigar constantemente el monitoreo climático. Y así, de granito en granito y de gotita en gotita se logrará disminuir la emisión de gases invernadero, mitigar el calentamiento global, contar con una agricultura sustentable, y cumplir con la reciente declaración del gobierno de hacer efectivo el derecho de cada mexicano a la alimentación.
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