Última actualización: Feb 11th, 2022 - 09:25:19 |
“El nivel de precios sigue un 19 por ciento por encima de la media de 2006, así que seguimos en un periodo de precios altos”, dijo Jacques Diouf, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) de la ONU en una conferencia en Bankok.
Además, estudios recientes de la FAO han mostrado que aunque los precios han caído en los mercados internacionales, los precios al por menor en los países más desarrollados no lo han hecho.
“No solo está aquí la crisis alimentaria, sino que se ha visto empeorada por la crisis financiera y económica”, declaró Diouf.
Las reservas de cereales se ubican en un mínimo que no se tenía desde hace 30 años y describió la situación como muy frágil.
“Tememos que si cualquier factor climático serio afecta a la producción, volveremos a donde estábamos en el 2007. Hemos visto grandes inundaciones en Norteamérica y el sur de África”, declaró.
La FAO estima que más de mil millones de personas de todo el mundo sufrirán hambre este año por los efectos combinados de la crisis económica mundial y los altos precios de los alimentos.
El número de gente que pasa hambre de forma crónica ha sido continuo, de 75 millones en 2007 y 40 millones en 2008.
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El número de personas en el mundo que no tienen para comer sigue en aumento |
A finales de 2008, 963 millones de personas estaban desnutridas, casi dos tercios de esa cantidad estaban en la región Asia-Pacífico.
Diouf dijo que era necesario que la ayuda se dirigiera de nuevo a la agricultura. “El primer y principal elemento es la necesidad de invertir en producción agrícola (para luchar contra el hambre) y esto requeriría 30 mil millones de dólares al año”, declaró.
Esa suma, suficiente para ayudar a 500 millones de pequeños agricultores, habría sido considerada alta en el pasado, pero la puso en el contexto de los miles de millones de dólares que los gobiernos occidentales han inyectado en planes para estimular sus economías.
Entre 2006 y 2008, dice la FAO, los precios de los fertilizantes subieron un 170 por ciento y las semillas y alimentos para animales en al menos un 70 por ciento, colocándolos fuera del alcance de los pequeños agricultores.
Diouf dijo que los donantes de ayuda necesitaban garantizar que la financiación de la agricultura volviera a los niveles de finales de la década de los setenta y principios de los ochenta cuando 17 por ciento de la ayuda al desarrollo del exterior iba a la agricultura, facilitando una “revolución verde” en Asia y Latinoamérica. Para esta década, esa cuota se ha hundido a un mero 3 por ciento.
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