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El clima factor clave para la producción mundial de oleaginosas

Aug 31, 2005, 10:00

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Factores de oferta

 

Particularmente durante el mes de Agosto, las condiciones meteorológicas serán el factor más importante para el proceso de determinación de precios de los productos que se derivan de las semillas oleaginosas.

 

En Agosto, el cultivo del frijol soya de Estados Unidos, uno de los más importantes del mundo, inicia su fase más crítica de desarrollo, es decir, de surgimiento y llenado de vainas; etapa cuando los niveles de humedad de los suelos son fundamentales y la falta de ella provoca daños irreversibles.

 

Las estimaciones más recientes indican que la superficie mundial sembrada con oleaginosas se mantendrá prácticamente sin cambios para el ciclo 2005/2006, en 228 millones de hectáreas, lo que contrasta claramente con el aumento que se dio en 2004/2005, en 7 millones de hectáreas y de 17 millones de hectáreas en el ciclo 2003/2004. De este modo, las menores siembras que se tendrán en el mundo de soya, canola y algodón serán virtualmente compensadas por el crecimiento en las siembras de semilla de girasol, cacahuate, linaza y almendra de palma.

 

Ante el estancamiento de la superficie sembrada, se requerirían entonces mayores rendimientos de los cultivos para lograr al menos un ligero crecimiento en la producción mundial de oleaginosas. Los primeros estimados ubican a la cosecha mundial de oleaginosas en 373 millones de toneladas para 2005/2006, lo que signi. caría un incremento marginal de sólo 1.3 millones de toneladas, con respecto al ciclo actual, 2004/2005. La cifra estimada supone un rendimiento mundial promedio de 1.64 toneladas por hectárea, que podría considerarse optimista ya que está ligeramente por arriba del rendimiento mundial récord que se logró en el ciclo actual.

 

Hasta el momento, el clima ha sido muy favorable en Canadá y en la región norte y centro de Europa. Pero ha sido adverso en Estados Unidos ya durante varias semanas y donde las condiciones de sequía están afectando el desarrollo del cultivo en algunas de las regiones productoras de soya más importantes.

 

Actualmente, las proyecciones indican que la oferta mundial de oleaginosas en 2005/2006 será abundante, debido a que los inventarios iniciales serán muy grandes al inicio de dicho ciclo.  Lo mismo ocurre con la disponibilidad de semilla de soya, cuya oferta global luce muy amplia para todo el ciclo, al menos “en el papel”. Sin embargo, la producción de soya podría caer en alrededor de 7 millones de toneladas, tan sólo en el hemisferio norte. Y con los actuales estimados de demanda, dicha caída podría reducir los inventarios mundiales de soya en 2-3 millones de toneladas al . nal de Febrero de 2006, cuando aún no esté disponible la oferta sudamericana de soya. Definitivamente, este es un escenario alcista para el primer semestre del siguiente ciclo, especialmente si se presentan problemas adicionales con el clima en América del Norte.

 

Por otro lado, no obstante, un escenario bajista parece definirse para el período Marzo/Agosto del 2006, si la producción de soya del hemisferio sur alcanza el estimado de 108 millones de toneladas, es decir, un incremento de 13 millones de toneladas con respecto al ciclo 2004/2005.

 

La gran interrogante es Brasil, nación que se estima tendrá una cosecha de soya de 60.5 milones de toneladas a principios del 2006, luego de los 50.8 millones de toneladas logrados en 2005. Por otro lado, se proyecta que Argentina tenga una producción de soya de 40.8 millones de toneladas, en comparación con los 38.7 millones de toneladas de este año.

 

Factores de demanda

 

La demanda mundial de aceites, grasas y pastas oleaginosas es inusualmente alta en 2004/2005 y está superando todas las expectativas. Si se analiza el comportamiento de la demanda desde mediados de los años 80, se observa una importante aceleración en el crecimiento del consumo mundial: en el período 1980-1985, el consumo mundial promedió 61.5 millones de toneladas (un aumento de 9.7 millones de toneladas con respecto al promedio del lustro anterior); en 1986-1990, el consumo promedio anual fue de 74.2 millones TM (un aumento de 12.6 millones TM) y en el lapso 1991-1995, el promedio fue de 85.8 millones de toneladas (un incremento de 11.6 millones TM). La ligera desaceleración en estos años fue derivada en parte de los acontecimientos que se presentaron en la ex –URSS.

 

Posteriormente se presentó una gran aceleración en el consumo mundial de aceites y grasas; en el

período 1996-2000, el promedio anual del consumo llegó hasta 103.4 millones TM (una alza de 17.6 millones TM del lustro previo). Y en el los últimos cinco años, del 2001 al 2005, el consumo promedio anual de aceites y grasas llegaría a 125.5 millones de toneladas, lo que representaría un importante salto de 22.1 millones de toneladas. Ahora bien, en el pasado reciente los aumentos en la demanda pudieron ser satisfechos con relativa facilidad, mediante importantes incrementos en la superficie sembrada y, especialmente, debido a los altos rendimientos de oleaginosas y del aceite de palma.

 

Para el ciclo Octubre 2004/Septiembre 2005, se espera que la demanda mundial de aceites y grasas aumente en 6.25 millones de toneladas; la interrogante es si la oferta mundial podrá aumentar lo suficientemente rápido para satisfacer ese crecimiento de la demanda.

 

En los últimos doce meses, la mayor demanda mundial ha podido ser cubierta sólo gracias a los relevantes incrementos en la producción y el rendimiento del aceite de palma, así como a los mayores rendimientos en los cultivos de soya, nabo y otras oleaginosas. Desafortunadamente, las expectativas para el ciclo 2005/2006 reflejan ya que el crecimiento en la producción de oleaginosas será prácticamente nulo, aunado a una desaceleración en el crecimiento de la producción de aceite de palma en Malasia. Un factor que está  impactando la demanda de aceites y grasas es la demanda para la elaboración de fuentes renovables de energía y de combustible. De este modo, una de las variables que deben monitorearse es el comportamiento de los precios del petróleo y a qué grado los gobiernos promoverán la utilización de aceites y grasas vegetales y animales como sustitutos de los aceites minerales.

 

 


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